miércoles, 7 de noviembre de 2018

Cuarteadores, cucarachas y acoplados

     Si creíamos que con la electrificación de las líneas de la Compañía Lacroze se había terminado el uso de caballos en el ámbito tranviario, resulta que nos equivocamos. Los pobres y sufridos pingos continuaron trabajando, aunque en mucha menor cantidad, es verdad, en las estaciones, moviendo los acoplados para engancharlos y desengancharlos de los tranvías.

"Jardinera", que el relato llama "cucaracha", preparada para ser enganchada a un coche motriz. Su función de acoplado la delata la presencia del salvavidas (que puedeverse detrás del caballo) que se ubicaba entre ambos coches.

     Un interesante artículo fue publicado en el año 1913 en la revista Fray Mocho acerca de los acoplados tranviarios y sobre  aquellos encargados de moverlos: los cuarteadores. Junto a pintorescas imágenes, el relato nos brinda un panorama sobre este tema en particular dentro mundo de los tramways de entonces, el cual transcribiré en parte.
      Resulta llamativa la diferencia que se hace entre acoplado y cucaracha. El primero era el más moderno, del mismo tamaño que los coches motrices; en cambio al decir cucaracha, la nota se refiere al tramway abierto que conocemos con el apodo de "jardinera" ¿Cómo llamarían entonces a los viejos coches cerrados?
      La nota pone en evidencia nuestra idiosincrasia nostálgica, pues el hombre se queja de la desaparición de las viejas cucarachas y el reemplazo por los nuevos acoplados. Cien años después no hemos cambiado demasiado, vivimos quejándonos de lo que desaparece en pos de la modernización.

Una "cuartiada de reculié" en la estación Las Heras. Por lo que muestra la imagen, esta forma de "cuartear" consistía en colocar el caballo a un costado para mover el tramway, para hacerlo recular. 

      El relato es en forma de diálogo, y este transcurre en Plaza Italia, en “Portones”, la estación del Anglo Argentino que fuera originalmente de la Buenos Aires & Belgrano:

      “_ Hoy todos se vuelven puro modernismo, y a lo del pasado lo van enterrando a paso al trote, como si estorbara demasiado… ¿No ve la noticia que ayer me dio el jefe de estación Las Heras, del Anglo?...
      _ ¿Cambio de recorrido?
      _ Eso no sería nada ¡Algo pior! Me dijo el jefe de la estación Las Heras que a las cucarachas las van a dar de baja dentro de poco, y que para el año entrante no quedará ninguna cucaracha para muestra ¿Qué me dice?... ¡La guerra a las cosas del pasado, joven! ¡A mí no me vengan con cuentos ni con historias! ¿Qué los acoplados son más prácticos que las cucarachas?... ¡Maní, joven! No hay como viajar en cucaracha abierta durante las noches de verano ¡Qué fresquito más delicioso!... ¡Ah, las cucarachas abiertas de la finada La Gran Nacional!... tenían un asiento a retaguardia mismito del cochero, asiento que estaba separado del resto del coche por un tabique con ventanillas. Antes había otros coches mucho más frescos, coches que corrían por las líneas del Lacroze viejo y por las del Anglo, y que se dejaban ver en el servicio Recoleta-Pasaje Argentino, coches sin tabique ni ventanillas en los frentes. Vino una orden que hizo obligatorio el tabique  y adiós coches del Anglo Argentino y del Lacroze viejo. Antiguamente, después de comer y en verano yo siempre salía a tomar el fresco en el trangüe (sic). Me acomodaba en el asiento a retaguardia mismito del cochero ¡Y pitaba mis inseparables negros para armar! Antiguamente… Hasta los cuarteadores que eran criollos y muchachones van desapareciendo. Ahora quedan muy pocos cuarteadores como los de mi tiempo… Aquí en frente, en la estación Portones, todavía quedan algunos. Creo que son los últimos”.  

Cuarteadores de la estación Portones, en Plaza Italia: "Pestañita", "Lagarto" y los hermanos Juancito y Manolo Mori, en una de las plataformas del acoplado 3333 del Anglo.

      El diálogo continúa con los cuarteadores, con un lenguaje típico de la época… bien arrabalero. Aquí van unos renglones:

      _ “(…) el oscuro de Centenario solito arrastra los acoplados grandotes  hasta dentro de los galpones. Dicen que “Norte” llegó a entrar hasta siete acoplados él solito. Aquí, en Portones, enganchamos una yunta a cada acoplado  que hay que sacar o entrar.
      _ ¿Y el “Petizón”?... ¿Te parece flojo, te parece?...
      _ ¡No digo, che, no digo! Pero al lao del “Norte” resulta lo que la “mistonga cucaracha” del trangüe del Puerto comparada con un motor a cuatro ejes y frenos sobre las vías de los Eléctricos del Sur”.

Messana Pietro, arrogante cuarteador de la estación Centenario, enhorquetado en "Petizón".

"Norte", el caballo más arrancador y tesonero del Anglo. El pobre pingo parece tener que esforzarse bastante para arrastrar un acoplado "de los grandes"


Marcelo Pablo Scévola (investigación y transcripción)

Fuente: revista Fray Mocho


        

1 comentario:

  1. Muy interesantes artículos, y muy triste la explotación del pobre animal.-

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