martes, 11 de diciembre de 2018

Un tren para el Central Buenos Aires


      En el contexto de los festejos del Centenario de Mayo, se realizó en Buenos Aires desde ese mes hasta el de octubre de 1910 una exposición internacional dedicada al transporte, la que incluía, desde ya, vehículos ferroviarios. La firma J. G. Brill Company expuso en ella una serie de coches destinados al Ferrocarril Central Buenos Aires, cuyo origen tranviario todos conocemos. La reconversión del Tramway Rural a Vapor exigía la incorporación de material rodante de mayor tamaño, y el adquirido a Brill cumplía con esas expectativas.

Los coches de la firma Brill en la Exposición Internacional Ferroviaria realizada en Buenos Aires en 1910.

      El Central Buenos Aires, cuyas vías discurrían por una de las zonas agrícolas más ricas de la Argentina, fue el resultado del esfuerzo y el trabajo de aquel pionero de la historia del transporte de nuestro país que fue Don Federico Lacroze. En sus tiempos de tracción a sangre, y bajo el nombre de Tramway Rural, corrió por sus vías uno de los ejemplares tranviarios más curiosos, aquel Sleeping Car (coche dormitorio) también construido por Brill en el año 1886.

Frente de los coches, cuyas plataformas estaban completamente cerradas.

      Los coches que hacían su arribo a Buenos Aires para la exposición, habían sido construidos, en realidad, por una compañía que desde 1906 era subsidiaria de la Brill, la Wason Manufacturing Co., de Springfield, Massachusetts. Se trataba de un coche de Primera Clase, uno de Segunda Clase, un Comedor, y un Furgón con compartimiento para correo, todos ellos con vestíbulo y de iguales dimensiones y aspecto exterior, destacándose la fineza de la forma de arco en la parte superior de las ventanas. La estructura del bastidor estaba hecha en acero y roble, y el cuerpo en madera de pino. Estaban montados sobre bogies Brill 27-E3.
      Los coches de Primera tenían el interior en roble natural, con marquetería descripta como “de diseño colonial”. El salón estaba dividido en dos compartimientos, para fumadores y no fumadores, conectados por una puerta batiente doble que, al igual que las puertas de los extremos, tenía una parte inferior con paneles y una superior provista de una placa de vidrio biselada y pulida en la que se destacaba el monograma de la empresa. Los asientos estaban tapizados en color verde y el piso cubierto con linóleo, mientras que en el frente del salón se ubicaba un lavabo de porcelana, un tanque de agua fría, espejo, soportes para cepillos y peines, y ganchos para sombreros y abrigos.

Vista exterior del coche de Primera Clase. El mismo aspecto tenían los de Segunda Clase.

Interior del coche de Primera Clase.

      Los coches de Segunda Clase tenían un acabado interior de roble oscuro y asientos de listones de madera. Estaba conformado por un solo compartimiento y no disponía de instalaciones sanitarias ni de suministro de agua. El piso no estaba cubierto con linóleo pero tenía listones de madera, aparentemente entre los asientos y en el pasillo.

Interior del coche de Segunda Clase.

      El acabado interior del coche Comedor era en caoba con finos y elaborados detalles en el sector del salón y más simple en la cocina. Esta última estaba equipada con todo lo necesario para almacenar y preparar alimentos: refrigerador, cajas de hielo, fregaderos, hornos, cajas de carbón, armarios para el personal de servicio, estantes para vajilla, cajones para utensilios de cocina. La despensa contigua a la cocina tenía armarios, estanterías, cajas de hielo y mesa para servir.

Vista exterior del Coche Comedor.

Distribución interna.

Vista de la cocina.

    El comedor propiamente dicho, estaba compuesto de ocho mesas para cuatro personas cada una, es decir, para un total de treinta y dos comensales. Entre el salón y el final del coche había un sector con cajas de hielo para almacenamiento de vinos y licores, y armarios para depositar los manteles sucios. En cada extremo del salón había receptáculos para colocar flores y helechos, además de ganchos en el techo en los que se colgaban cestas, también para flores y helechos.

Aspecto del salón comedor.

      El coche Furgón tenía un acabado en pino y un tabique, en la misma madera, que separaba el sector de equipaje del de correo. El primer sector estaba equipado con un escritorio plegable, un asiento y un estuche para documentos, mientras que el compartimiento de correo tenía buzones, cajas, estantes, mesa de distribución y cajones para material especial. En este sector había también un lavabo.

Furgón Correo.

Interior del Furgón.

      Lamentablemente, las fotografías del Ferrocarril Central Buenos Aires son escasas y no he podido hallar una de esta formación en servicio. Quizás en algún momento aparezca una imagen.


Medalla de oro con la que la firma Brill fue galardonada en la Exposición  Internacional de Transporte realizada en Buenos Aires en 1910.


Para finalizar, y a modo ilustrativo, esta es la imagen de uno de los pabellones de la Exposición.

Marcelo Pablo Scévola (investigación)

La presente nota es una síntesis de tres artículos aparecidos en la revista Brill Magazine.